Nuestro Final Feliz, Segunda parte

Esta es la continuación de la historia de adopción de nuestra hija Zoe. La primera parte la pueden encontrar aquí: Nuestro final feliz, Primera parte. La nota fue originalmente escrita en Mayo 2012, pero quise compartirla con ustedes. Aquí va:

Estábamos boquiabiertos, con ojos de huevo frito. El tiempo se detuvo mientras procesamos las emociones que nos subvenían. Sentimos como si alguien nos hubiera raptado de nuestro día a día y tirado en medio de un futuro que siempre habíamos deseado. Demasiadas cosas en que pensar y ni un segundo que perder pensando! Las próximas semanas podrían convertirse en las mejores y más memorables de nuestras vidas. O, podrían ser las peores. «Nada está definido», nos decíamos entre los dos para mantener una actitud realista.

Acabábamos de regresar de Georgia un domingo por la tarde. Lo primero en la agenda era sentarnos con nuestros vecinos y hablar de lo que necesitábamos comprar/conseguir/preparar. La mamá de Leo se iba a venir ese martes para ayudar a preparar el cuarto de bebe. Teníamos que pintar las paredes, armar la cuna…. emm… no teníamos cuna! Leo y yo teníamos que ir al trabajo y avisar que estaríamos faltando porque estabamos por adoptar. Al principio, pensamos que el bebé podría venir ese mismo martes (en 4 días!). Pero después recibimos la confirmación de que Fiona seria no inducida hasta la tarde del sábado. Ok, eso nos da cinco días! El embarazo mas corto de la historia.

Fue en ese momento que decidimos a lanzarnos de lleno.  Podríamos estar emocionadisimos (y lo mas preparados posible) cuando esta niña llegue a nuestras vidas, o nos nos estrellaríamos completamente desilusionados si la madre biológica cambiaba de opinión. A pesar de enfrentar todo con cautela en un primer momento, todo el mundo alrededor nuestro estaba super contento. Nos felicitaban, nos preguntaban cosas sobre el proceso, y nos decían que nos preparemos para noches sin dormir. Nos regalaron dos cunas (una fue a la casa de la abuela), ropas, frazaditas, y muchas cosas mas. Así que ya nos era imposible proteger nuestras emociones en ese momento. Decidimos disfrutar el proceso al máximo y asumir el riesgo. Lo que no nos mata nos hace más fuertes, ¿verdad?

La semana pasó rapidisimamente. Yo ya había renunciado en mi trabajo de todos modos, así que solo tenia que decirles que me iría unos días antes. Mi plan de comenzar a trabajar en un consultorio quedaba muy bien con todo, ya que me podría tomar un par de meses de tiempo y poco a poco construir una base de clientes. Además, las vacaciones de primavera se acercaban y Leo podría quedarse en casa por una semana. A pesar de que Fiona no seria inducida hasta el sábado por la tarde, decidimos salir la noche del viernes y quedarnos a dormir a mitad de camino. A las 8am del sábado sonó mi teléfono. Estábamos a punto de salir cuando la madre de Fiona nos llamo. Fiona ya estaba en el hospital. No estaba segura de qué tan rápido las cosas podrían progresar, asi que nos dijo que viniéramos tan rápido como sea posible. Todavía teníamos 4 horas de viaje! No desayunamos. Tiramos las valijas al coche y tratamos de no pasarnos el limite de velocidad a mas de 9 puntos (que es lo que se “tolera” aquí). La mama de Fiona nos mantenía actualizados del progreso por mensajes. Uno pensaría que estas 4 horas pasarian lentas ya que estábamos tan apurados. Sin embargo, se sentían como 30 minutos. Nuestras mentes estaban volando. No había tiempo ni siquiera para mirar el reloj. Probamos los límites de nuestros cuerpos al no parar para ir al baño (esto se convirtió en una costumbre durante las primeras semanas de vida de Zoe). Llegamos al Hospital. ¡Qué increible sensación! Nuestro bebé naceria en cualquier momento! Cuando llegamos a la habitación de Fiona, nos informaron que todo estaba bien. Ahora sólo teníamos que esperar. Su mamá nos compró una pequeña oveja de peluche para que la tengamos por nuestro cuerpo y así absorvería nuestro aroma corporal. La ovejita la dejaríamos con Zoe en su camita después. ¡Qué hermoso gesto. (La oveja terminó siendo utilizado como un “stressball” … muy útil!) El proceso de dar a luz fue como ocurre a menudo …. pasó una hora… después otra … después otra…

Anocheció y la doctora dijo que no esperaba nada antes de las 12am. Fuimos al hotel para dormir un par de horas (no sé cómo nos las arreglamos para dormir!). Regresamos a la medianoche, pero no había ningún avance. De vuelta al hotel y de regreso al hospital a las 3am. Seguíamos en lo mismo. Un viaje más al hotel y vuelta al hospital. A las 6am la doctora decidió hacer una cesárea. Tomó un tiempo hasta que todo fue arreglado y preparado. Solo nos quedaba esperar… y esperar… y esperar. La pobre Fiona estaba con tanto dolor y necesitaba ya que esto termine. Zoe, este sería un buen momento para que aparecezcas! Finalmente llevaron a Fiona a la sala de operaciones y nosotros a la sala de espera…

Que difícil la espera! Lloramos un poco mas, pero mas que nada camináramos de un lado de la habitación al otro. Dos enfermeras salieron. Les miramos con caras de signo de interrogación. «El bebé caga muy bien!» dijo una. Hmm … así que todo está bien? Después la mamá de Fiona salio corriendo. Nos pidió nuestras cámaras (teléfonos) y corrió de vuelta a la sala de operación… ok … esa debe ser una buena señal!

Después de unos 15 minutos nos llamaron a la habitación. Fue ahi que nos entregaron el bebé más hermoso que jamás haya existido. La mama de Fiona nos estaba filmando. Lloramos. Yo abracé con todo a Fiona y no podía dejar de llorar. Definitivamente ella cambió nuestras vidas para siempre. Parecía sentirse bien. Estábamos todos inundados de emociones! Fue increíble. Nada se podría comparar a esta experiencia.

Y el resto es historia! Zoe no podía cruzar las fronteras estatales con nosotros hasta que recibamos cierta documentación, lo cual tardo dos semanas. Leo tuvo que volver por el trabajo . Su mamá vino a ayudar. Nos quedamos en casa de los padres de Fiona, lo cual también resulto de maravilla. Durante el día Zoe recibía cuidados y cariños de su nueva familia y su familia biológica. Todos se unieron para crear la mejor vida que sabíamos darle. Dos semanas más tarde, Leo voló a Atlanta para buscarnos. Regresamos y Zoe durmió todo el camino, excepto para comer y cuando “llenaba” su panial. Un último momento muy emotivo fue cuando salimos de la casa de la familia biológica. Los vimos despedirse de Zoe, lo cual nos dolio en el corazón. Al mismo tiempo, aquí estábamos… una familia de tres. Más lágrimas. Lo logramos!

Nuestro sueño ya no era un sueño. Cobro vida y ahora tiene nombre: Zoe.

PD: Zoe significa vida.

Zoe - GA - 1012

 

 

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Otros blogs relacionados: Se necesita un papá y una mamá? Miremos las evidencias, y lo que escribí cuando Zoe cumplió su primer añito: Un año después… Gracias por leer! 

Nuestro Final Feliz, Primera Parte

(Esta nota la escribí en mi cuenta de Facebook, para compartir con familia y amigos, pero decidí agregarla aquí. Es la historia de como adoptamos a nuestra hija Zoe. Lo escribí originalmente el 13 de mayo, 2012. Mis experiencias pre-adopción de mi vida en Paraguay y los EEUU esta descrita en estos tres capítulos anteriores: El testimonio que nunca di en la iglesia, La oscuridad antes de mi amanecer, y La conversación mas difícil de mi vida)

Wow. Es un día hermoso y estoy sentado en la terraza disfrutando de esta tarde de primavera. Nuestra hija Zoe está sentada/acostada en su sillita reclinada a mi lado estudiando los movimientos de un árbol y sus ramas. Nuestra vida cambio drasticamente desde el último blog! Hace tiempo que quiero escribir de nuestro milagro, pero no hace falta explicar lo ocupados que hemos estado, verdad? Así que aquí vamos:

Un sábado por la tarde, 9 semanas atrás, recibimos una notificación por correo electrónico diciéndonos que nuestro perfil de adopción había sido marcado como «favorito» por una mujer embarazada. No pensamos mucho al respecto, porque podría ser cualquier persona simplemente marcando 100 parejas para luego ir filtrando. A la mañana siguiente, otra notificación por email. Esta vez que alguien había escrito un mensaje para nosotros. Esperando otro mensaje de alguien de algún país lejano que tenia un bebé para nosotros siempre y cuando le enviemos unos cuantos millones, decidimos darle un vistazo. Yo lo leí primero. Mi escepticismo comenzó a desaparecer rápidamente cuando leí sobre una chica que estaba buscando padres para una niña. La beba nacería en aproximadamente 4 semanas, sumando a la intensidad y la urgencia de todo. Sin embargo, aun con todas las complicaciones que una situación como ésta puede traer, todo sonaba muy directo. Sin dramas. Ademas había algunas similitudes muy interesantes entre su familia y las nuestras. Le miré a Leo, diciéndole que lo lea. «Creo que me me cae muy bien!» le dije.

Después de unos cuantos emails, parecía que esto realmente podría ser real. ¿Podría ser? Todo parecía demasiado bueno para ser verdad. Planeamos una llamada telefónica con la madre biológica (Fiona) y su madre para ese lunes. Era difícil concentrarse en nada mas ese día. A lo largo de este proceso, lo habíamos comparado al proceso de conocer a alguien online. Algunos aspectos de la comparación volvieron a aparecer. Si no recibía una respuesta de inmediato, releia mi correo electrónico, preguntándome si había dicho algo malo. Leí todo lo que escribí, tratando de imaginar de cuántas maneras podría ser mal entendido y esperando que no fuera así. ¿Sonamos muy necesitados? Demasiado emocionales? Demasiado fríos? Y luego venia la respuesta. preocupación y ansiedad por nada. Esa noche tuvimos la conversación por teléfono y todo lo que podría decir para describir como fue es que se sentía increíblemente natural. Planeamos una visita para el próximo fin de semana. vivían en un suburbio de Atlanta, GA. Preparamos las maletas y confíamos en nuestra intuición. Al mismo tiempo, Fiona estaba en contacto con nuestra agencia de adopción. Ellos nos avisaron que todo parecía estar en orden. Georgia, aquí vamos!

Fue cuando llegamos a su casa que todas las comparaciones con citas por internet se acabaron. Nos bajamos del coche nerviosisimos, y yo recuerdo que dije nunca haber experimentado nada ni remotamente parecido. Sera que la madre biológica de nuestra futura hija pueda estar detrás de esa puerta? ¿Como sera ella? ¿Les gustariamos, o cambiarían de opinión despues de conocernos? Nuestro perfil de adopción contaba todas las cosas maravillosas acerca de nosotros … ¿y si se daban cuenta de las cosas no tan lindas de nuestras vidas? Demasiadas preguntas. En ese momento ni sabíamos si nos habían dado una dirección falsa. No había tiempo para reflexionar sobre todo esto. Seguimos nuestro camino hasta la puerta y tocamos el timbre (o tocamos la puerta, solo recuerdo una nube de nerviosismo)

Fuimos recibidos por un perro ladrando, y el papá de Fiona, que lo estaba atajando. El perro se tranquilizó y nos dimos cuenta de que lo único que quería era conocernos y hacer nuevos amigos. Ok. El perro nos quiere! Ahora a conquistar al resto de la familia.

Fiona se acercó a nosotros y me quede congelado. Le mire exclamando, «Oh my God!” Por un lado pensando, «Esto es real!» Y por el otro, «Ella podría ser la que de vida a nuestra hija!» Demasiado loco. Nos abrazamos y su mamá vino de la cocina nerviosa gritando: «Nunca hemos hecho esto antes!» Todos nos reímos, y Leo y yo admitimos lo mismo. La madre de Fiona estaba preparando “brunch” y olía delicioso. Fuimos a la cocina, donde conversamos mientras ella terminaba. Era una interesante mezcla de charla superficial e intercambio mas personal. La única expresión que describe el latido de nuestros corazones es que latían “a toda p…!” (pongo puntitos porque se que mi mama leerá esto jaja). Sin embargo, todo se sentía simple y sencillamente natural. Esperábamos que fuera incómodo, pero no fue así. seguíamos descubriendo más y mas cosas que teníamos en común. Un detalle importante era que todos ellos procedían de Alemania. Hablamos una mezcla de alemán e inglés, que es lo que Leo y yo hacemos en casa todo el tiempo. Leo y yo nos miramos el uno al otro cada vez que alguien decía algo que sonaba como cosas que se dicen en nuestras familias.

Mientras todo esto ocurría, las preguntas internas continuaban. Estaban ellos sintiendo la conexión al igual que nosotros? ¿O solo nos trataban con amabilidad? Siendo alemanes, nos daba confianza que lo que decían era exactamente lo que sentían. Eso hizo que fuera un poco más fácil. Por otro lado nos preguntábamos, deberíamos mostrarles lo emocionados que estábamos acerca de todo esto? Nada estaba definido hasta incluso después del nacimiento, así que no queríamos que se sientan presionados. No queríamos sonar muy fríos. Al mismo tiempo no queríamos que piensen que no sabíamos controlar nuestras emociones (las lagrimas siempre “a punto”), pero queríamos expresar lo mucho que deseábamos ser padres. No queríamos decir nada que pudiera cambiar su opinión acerca nuestro. Demasiados pensamientos y emociones encontradas. Teníamos que confiar en que lo que estaba destinado a ser, se cumpliría.

A continuación, para añadir a nuestro entusiasmo y «remolino emocional», nos dijeron que el bebé podría llegar temprano … tan pronto como la próxima semana! Y luego, nos dijeron que nos querían llevar a ver una ecografia 3D. ¿Podríamos de hecho llegar a ver a «nuestro bebé» ese día? Increible. La emoción y la conciencia de que nada era seguro creaba una tensión impresionante dentro nuestro. Por suerte no había tiempo para pensar en mucho de esto.

Después de comer nos sentamos en la terraza. Era un hermoso día de primavera. Nuestros nervios se relajaron un poco y conversamos tranquilamente. Todo se sentía tan bien. Por la tarde nos fuimos a la ecografía. Al principio, Zoe estaba cubriendo sus ojos con ambas manos, pero más tarde pudimos ver su pequeño rostro tan hermoso. ¡Qué momento! Durante los primeros 20 minutos de la epigrafía estábamos más centrados en descifrar lo que estábamos viendo (una mano! una carita! pies!). Bromeamos y reímos mucho. Al final nos dejaron escuchar el latido del corazón. No puedo explicarlo, pero todos empezamos a llorar.

después de la ecografia, Leo y yo fuimos a tomar un café y la familia de Fiona volvió a la casa. Nos acomodamos en unos sillones gigantes. Ninguno de los dos sabía qué decir. No había palabras! Sólo nos quedamos mirando la nada hasta que una nena paso frente a nosotros. Tenía unos 11-12 años de edad, pero llevaba unos shorts muy cortos y ajustados, una remerita y botas. Nos miramos, sólo diciendo: ummmm…. uh uh. Nope! Not happening. Not at our house!» (No, no le dejaremos! No en nuestra casa!)

Comenzamos a hacer una lista de cosas que se necesitábamos hacer en caso de que seamos padres en.. unos pocos días? Avisamos a nuestros amigos, que de inmediato empezaron a ponerse en campaña para conseguirnos las cosas esenciales que necesitaríamos. A lo largo de la tarde, recibíamos mensajes de texto avisándonos que teníamos un carrito, un asiento para el auto, etc. También llamamos a la mamá de Leo, que grito como si hubiera calificado para ir a Hollywood con American Idol. Teniamos un poco mas de tiempo antes de volver a la casa y decidimos parar en Babies R Us. Miramos todo, intercambiamos opiniones acerca de lo que nos gustaba y lo que no, colores, juguetes, ropa … Se sentía tan increíble. También nos dimos cuenta de que no teníamos idea de lo que necesitaríamos! Por dónde empezar? Nos habremos visto completamente shockeados, con los ojos abiertisimos. Seguramente la gente de Babies R Us ven esto frecuencia.

Para la cena, Fiona y su familia nos llevaron al restaurante donde ella trabajaba. Conocimos sus compañeros de trabajo. Todo el mundo ya sabía de nosotros, lo cual nos hizo sentir muy bien. El hecho de que ella estaba compartiendo mucho de su vida con nosotros nos daba la seguridad de que las cosas estaban bastante seguras y establecidas. Parecía que ella estaba segura de su decisión. Tuvimos una cena deliciosa, tomamos un buen vino, hablamos por horas, nos reímos mucho, y derramamos algunas lágrimas (pero tratando de aparentar calmos en todo momento).

Al día siguiente volvimos a Virginia. Había mucho que hacer! Nuestra hija nacería la semana entrante, pero dejaré eso para un próximo post.

(Esta historia continúa aquí: Nuestro final feliz, segunda parte)

Se necesita un papa y una mama? Miremos las evidencias.

Esta nota no la escribí yo, pero me encanto el resumen de las evidencias que muestran los estudios que se han hecho sobre las familias homoparentales. Todo el articulo esta incluido aquí, pero para ir a la pagina original, ir a:

http://www.eldinamo.cl/2012/11/21/hijos-de-padres-del-mismo-sexo-estudios-empiricos-de-los-ultimos-50-anos/

Hijos de padres del mismo sexo: estudios empíricos de los últimos 50 años

Como psicóloga he observado bastante ignorancia en cuanto a la homosexualidad, prejuicios y creencias que no tienen fundamento empírico alguno. Una de las creencias que más me ha llamado la atención es que las personas homosexuales no pueden criar hijos.

Quienes defienden esta tesis, tienden a apoyarse en la creencia de que la familia se compone de un hombre y una mujer, que los homosexuales tienen más problemas mentales en comparación con heterosexuales, tenderían a la pedofilia y sus hijos presentarían perturbaciones mentales, desarrollándose más tarde ellos mismos como homosexuales o presentarían trastornos de la identidad de género.

Poco o nada se consigue discutir estos temas sin datos empíricos, pues se termina discutiendo desde ideologías y prejuicios y no desde la evidencia científica. Por lo tanto, he decidido realizar una traducción del documento de la Asociación Americana de Psicología (APA) sobre padres del mismo sexo, que reúne las investigaciones empíricas de los últimos cincuenta años realizadas en países de todos los continentes, que suma más de 1.000 sujetos estudiados. Veamos a continuación, cual es la evidencia empírica que sustenta cada una de las creencias de que padres del mismo sexo no pueden adoptar o tener hijos:

Salud mental de lesbianas y homosexuales

La homosexualidad fue sacada del Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales DSM en el año 1974, luego de tres décadas de investigaciones científicas que demostraron que la homosexualidad, lesbianismo y bisexualismo no tenía como característica pérdida del juicio de realidad, alteración del pensamiento o de las habilidades sociales o vocacionales (APA, 1974) (algunas investigaciones: Gonsiorek, 1991; Hart, Roback, Tittler, Weitz, Waltson & McKee, 1978; Reiss, 1980). La homosexualidad no implica un trastorno psicológico en sí misma pero la discriminación social puede tener como consecuencia depresión, ansiedad y baja autoestima.

Thompson, en el año 1971, comparó a 127 hombres y 84 mujeres de orientación homosexual con 123 hombres y 94 mujeres de orientación heterosexual. Las características psicológicas no mostraron diferencias entre ambos grupos.

Habilidades parentales de homosexuales y lesbianas

Tasker y Golombock (1997), realizaron un estudio en que encontraron que los hijos de parejas del mismo sexo sufren menos síndrome de alienación parental (sindroma que se presenta cuando los padres divorciados “se pelean” por el amor del hijo, causándole culpa) que los hijos de parejas heterosexuales.

Bigner, en 1989, estudió a 33 padres heterosexuales y 33 padres homosexuales a través del inventario de conducta parental de IOWA. Los resultados mostraron que los padres homosexuales eran más atentos a las necesidades de sus hijos y utilizaban más el reforzamiento que el castigo, siendo que los padres heterosexuales utilizaban más el castigo físico. Así mismo, Boss, en el año 2004, comparó a 100 madres heterosexuales con 100 madres lesbianas a través de cuestionarios y diarios de la vida diaria, resultando ambos grupos igualmente competentes.

Comparando más de 256 padres y madres homosexuales con padres y madres heterosexuales, en diferentes estudios (Jhonson & O’ Connor, 2002; Mc Pherson, 1993; Bost et al, 2004, Kwesking & Cook, 1992; Lyons, 1983; Miller, Jacobsen Y Bigner, 1981; Murclow, 1979; Pagelow, 1980; Parks, 1998; Patterson, 2001; Rand, Graham & Rawlings, 1982; Segenthaler & Bigner, 2000; Thompson, Mc Candless & Stickland, 1971) se concluyó que las madres lesbianas muestran la misma capacidad de madres heterosexuales de lograr apegos seguros. Padres homosexuales muestran la misma capacidad de ejercer autoridad y entregar amor a sus hijos que padres heterosexuales.

Género y orientación sexual en hijos de padres del mismo sexo

Golombock en 1983, estudió a 37 niños entre 5 y 17 años de edad hijos de madres lesbianas y 38 hijos de madres heterosexuales, de las mismas edades, a través de cuestionarios y entrevistas. Los resultados arrojaron que no había diferencias entre ambos grupos en su orientación sexual, género y rol de género.

Golombock en 1996 realizó uno de los más grandes estudios en este ámbito, de carácter longitudinal en hijos de madres lesbianas. 25 niños fueron entrevistados a la edad de nueve años y luego a los 24 años. Más del 90% eran heterosexuales. Baely llegó a la misma conclusión en el año 1995, en un estudio con 82 hijos de padres del mismo sexo.

La gran mayoría de estudios en los diversos continentes arrojaron que los hijos de padres del mismo sexo no desarrollaban problemas con su identidad de género, desarrollando el rol de género esperado en cuanto a elección de juguetes y juegos, comportamiento, actividades e intereses vocacionales. (Green, 1978; Mandel, Hotvedt, Gray & Smith, 1986; Smith & Roy, 1981).

Reso, en el año 1979, aplicó el inventario de rol sexual de BEM (BSRI) a 24 adolescentes, mitad hijos de lesbianas y mitad hijos de heterosexuales. Los resultados arrojaron que las hijas de madres lesbianas eran más femeninas que las hijas de madres heterosexuales.

Salud mental de hijos de padres homosexuales y lesbianas

Chan, en el año 1998, realizó una investigación que arrojó como resultado que los niños criados en familias con padres con poco estrés, pocos conflictos entre ellos y más amor conyugal, desarrollaban un perfil psicológico y social más sano, independiente de la orientación sexual de dichos padres. El mismo autor realizó un estudio en 55 familias de lesbianas y 25 familias de heterosexuales que habían concebido a través de donación de esperma. El desarrollo de sus hijos era sano en ambos grupos, sin que la variable orientación sexual o número de padres tuviera una relación estadísticamente significativa, siendo así que el mito de que los niños deben tener un padre y una madre para crecer psicológicamente sanos, no tiene evidencia empírica.

En 1997, Tasker & Golombock, a través de técnicas proyectivas y juegos, concluyeron que los hijos de padres del mismo sexo tienden a ser más preocupados por los niños que consideran más indefensos o más pequeños que ellos, desarrollando mayor empatía que hijos de padres heterosexuales.

Uno de los estudios más grandes fue llevado en el año 2003 por Golombock, en 14.000 madres heterosexuales, lesbianas y madres solteras, a través de cuestionarios y entrevistas aplicadas a las madres, sus hijos y sus profesores. Se concluyó que los hijos de madres lesbianas y madres solteras heterosexuales, son tan bien desarrollados y bien adaptados como los hijos de madres heterosexuales.

Homosexualidad, lesbianismo y pedofilia

En un estudio descriptivo llevado a cabo por Finkelhor & Russell en 1984, se concluyó que la gran mayoría de los abusos sexuales en menores son por parte de hombres heterosexuales que en su gran mayoría, son parientes cercanos a la víctima. No hay sustento empírico para la creencia de que homosexuales y lesbianas tienden mayormente a la pedofilia.

Discriminación en la escuela

Tasker & Golombock, establecieron en el año 1997, que los hijos de padres del mismo sexo pueden ser víctimas de bullyng en la escuela por parte de personas homofóbicas pero que en comparación con el bullyng que reciben los hijos de padres heterosexuales, éste no es mayor. Se estableció a través de diferentes estudios que si se entrenaba a los hijos de padres del mismo sexo en asertividad o recibían apoyo por parte de otras familias conformadas por padres homosexuales o lesbianas, superaban esta discriminación sin que ello les provocara un problema psicológico o social.

Posición oficial de la APA

1: La homosexualidad no es una enfermedad

2: Hombres y mujeres homosexuales tienen las mismas habilidades parentales que los padres heterosexuales, y en algunos casos más habilidades.

3: Los padres del mismo sexo no tienen más tendencia al abuso de menores que los padres de diferente sexo.

4: Los niños hijos de padres del mismo sexo no difieren psicológica ni socialmente de los niños criados por padres heterosexuales.

5: Que la madre o el padre críen a sus hijos con pareja del mismo sexo no afecta al saludable desarrollo de los hijos e inclusive, estudios señalan que la presencia de esta pareja es un factor protector.

Todos los estudios pueden ser descargados desde el sitio oficial de la APA: http://www.apa.org/pi/lgbt/resources/parenting-full.pdf.