Mi Primer Amor

El primer amor es el que no se olvida. Es inocente y puro. Aunque no llegue lejos, o aunque no termine bien, lo que uno recuerda del primer amor no es el final que dejó un corazón roto. El recuerdo que queda es ese sentimiento nuevo que a uno le tocó de manera diferente a todo lo que vivió hasta ahí.

Después está el primer “amor”, que todavía no es el amor adulto. Es el amor de niños. No sé si esto pasa a niños en general como me pasó a mi. No es tan común. Porque mi primer “amor” fue con una niña cuando tenia más o menos 6 años.

No recuerdo que los otros nenes hayan tenido “novias” a esa edad. Y digo novias porque en serio, el plan era casarnos! Los adultos veían nuestra relación como algo tierno e inocente.

Me “enamoré” unas cuantas veces más en los años siguientes. Esas experiencias influenciaron mis relaciones de adolescente, y después de adulto. Porque así es; uno va aprendiendo de cada experiencia hasta (idealmente) formar una relación madura.

No fue hasta los 26 años, que realmente entendí como ese proceso enamoramiento funcionó para mi. Como de la nada, mi perspectiva nublada se disipó. Me di cuenta de que mis relaciones románticas siempre terminaban en la nada (para mi). Si llegaba a estar de novios con alguien, el peso de la relación se me hacia tan pesado que encontraba alguna razón para romper la relación… quedando como amigos. Una vez amigos, yo estaba mucho más tranquilo.

Mi corazón no se rompía cuando una relación no funcionaba. Mas bien sentía culpa por el dolor de la otra persona cuando las cosas terminaban mal.

Y un día de Diciembre de repente lo entendí. Me di cuenta de que nunca había estado enamorado de nadie. Solo había seguido las normas sociales, intentando ser “normal”.

Mi intento de tener una relación con una mujer era sincero. Quería sentir esa conexión con alguien. Quería amar y ser amado. Quería lo que tenían mi mama y mi papa. Y algo mas: quería la confirmación de que yo era normal. Buena gente. Capaz de amar y de formar una familia.

En ese día en que todo se me aclaró de repente, recordé mi “primer amor”. Recordé a mi amiga con tanto cariño. Y me di cuenta de que a esa edad tenia puestos los lentes equivocados. Viví mi infancia con lentes heterosexuales. Eran los únicos lentes disponibles. Como mi vista no era clara, me pusieron esos lentes – los únicos que había en el mercado de interacciones sociales de mi comunidad.

Y una vez que me di cuenta de todo esto, pude hacer un nuevo viaje mental a los tiempos de mi niñez. Fue ahí que lo descubrí. Mi primer amor de verdad. Y si, ya se, no fue amor. Pero fue lo que sentimos a esa edad. Las maripositas, esas que no te dejan en paz. Era un chico muy lindo. Era el payaso del grado. Había varias nenas que le adoraban. Se mataban de la risa por cualquier pavada que decía.

Y yo? Yo tenía una ventaja. Como era nene, y a esa edad las nenas y los nenes no juegan juntos, pude acercarme de una manera especial. En ese tiempo yo no tenía idea de qué estaba haciendo. Mis reacciones eran naturales e intuitivas. Lo invite a jugar en casa. Creo que fui a la suya una vez. Recuerdo que estaba muy incómodo porque a pesar de tener tres hermanos, yo no sabia jugar con nenes! Creo que la pasamos bien igual. No recuerdo mucho, la verdad.

Lo que sí recuerdo fue que mi relación con este niño nunca llego a una verdadera amistad. Porque cuando él me decía algo, yo lo tentaba. Cuando él hacia algo prohibido, yo le contaba a la profe. Me imagino que se habra confundido tanto, sin saber que onda conmigo.

Pero ese día en que todo se me aclaró, entendí. Simplemente sentí lo que todos sentimos a cierta edad. Pero nadie me enseñó a manejarlo. Mis lentes heterosexuales me decían que quería ser su amigo. Pero mi mi pequeño corazón latía mas fuerte de lo que latía por mis amigos. Mi mente y mi corazón estaban en corto circuito.

Y así paso esa experiencia. En su momento la superé. Y creo que el pobre amigo se habrá cansado de mi. Aparte, él era super popular y yo no, así que jugar conmigo de seguro tenía su precio para él.

Hoy me acorde de esto porque en los últimos días lei varias opiniones de personas muy bien intencionadas que están intentando integrar su tolerancia y aceptación con su sentido de lo que esta bien y lo que esta mal. Están pensando en como criar a sus hijos de la mejor manera posible. Los quieren proteger de niños como el que fui yo.

Y no pienses que esas personas no existían cuando yo era niño. Yo recuerdo las miradas de los padres. No había nada que yo podía hacer, aparte de tratar de fingir. Quería caminar como nene, pero no me salía. Quería hablar más fuerte, pero mi voz no daba. Quería ser atlético como los nenes, pero me daba un terror la clase de educación física. Quería que me guste mirar fútbol pero después de diez minutos me aburría y me transportaba mentalmente a un mundo diferente.

“Yo soy tolerante” dicen. Y de ninguna manera los acuso de malas intensiones. Pero cuando dicen, “dejemos a los niños ser niños y después que decidan su sexualidad de adultos” me entristece esa manera tan limitada de ver la sexualidad.

Si pudiera cambiar algo, me gustaría sacar la palabra “sexual” de orientación sexual. O si no, quisiera expandir el significado de la sexualidad. A los 6 años de edad, yo no tenia ni necesitaba el concepto del sexo. Esos lentes son para más tarde. Pero mi orientación sexual ya estaba. Y esas maneras tan sutiles de comunicarla fueron recibidas por mi entorno con rechazo.

La orientación sexual es mucho más profunda que un simple acto. Es algo que uno ES. Yo no tuve ningún mal ejemplo que me guió en mi orientación. Fui como fui desde que pude decir mi primera palabra. No me enseñaron esa “opción”. Mis padres eran (y siguen siendo) heterosexuales. Nunca fui abusado (aunque en la terapia cristiana de “reparación de orientación sexual” me quisieron convencer de que sí).

La orientation sexual no es una decision. No es una opción. Es algo muy, muy dentro de uno. Y cuando lo rechazas en alguien, no rechazas un comportamiento – rechazas a la persona.

Así que los que quieren comparar el ser gay con ser ladrón o asesino o cuantas cosas ya me dijeron… están armando su argumento sobre un fundamento erróneo. Una falacia, diría Tobias (perdón, no pude evitar la referencia).

Y, por Dios, cuando comparan a la homosexualidad con una enfermedad… Lo único que puedo decirles es que la organización Exodus International, la organización cristiana de “ex-gays” mas grande del mundo cerró sus puertas hace unos años, admitiendo que nunca lograron cambiar la orientación de nadie. Porque ser homosexual no se cura. No es un mal. Si ni ellos pudieron, como seguimos pensando que es posible?

Mi deseo es que podamos expandir el concepto de orientación sexual. Que dejemos de pensar en sexo. Y veamos a la persona completa con sus gustos, sus sueños y peculiaridades que le hacen único entre sus amigos. Que importa si juega con autitos o con muñecas? Si le gusta el azul o el rosado?

Si reducimos la orientación sexual al sexo… que hacemos con ese nene cuando esta jugando en la escuela? Como nutrimos las etapas del desarrollo de este niño que tiene necesidades sociales diferentes?

Te preocupa la salud mental de los niños? Todos los niños o solo algunos?

Que pasaría si permitiéramos a cada niño y niña usar el anteojo que le corresponda? Si la minoría no fuera obligada a usar un lente que no le queda, y que a la larga destruye sus vida?

Un mensaje para Tobias Wiens

(Este post se refiere a unos videos que una persona llamada Tobias Wiens posteo hace unos dias. No quise repostar sus videos para no darle cuerda. Los screenshots estan para mostrar a qué me refiero en el texto)

«No les tenemos miedo» dice el video de Tobias Wiens. Pero yo sí le tengo miedo. Es mas, yo le tuve miedo a él desde que fui pequeño. Cuando jugaba en el Kinder con mis primas, recuerdo que teníamos dos Barbies con vestidos rosados. Nos turnábamos para jugar entre los tres.

Primer video, donde Tobias expresa que va a luchar en contra de los derechos LGBT para proteger a su hija. Hoy ese video fue visto mas de 100mil veces.

Pero ahi estaba Tobias. No era el mismo Tobias Wiens, pero el sentimiento era el mismo. Me arrancó la Barbie de entre las manos y la tiró al suelo. Se puso a cantar, tentando «Neeena, neeeena, neeeena» y se fue corriendo.

Le tuve miedo a niños como Tobias cuando en la escuela primaria un grupo de niños mayores me rodearon y me tentaron. Les tenía miedo cuando me hacían jugar al futbol, y se burlaban de mi.

Después de adolescente descubrí la atracción sexual que se siente a esa edad. Pero por miedo a Tobias, me callé. Es más. Le escuché y le presté atención. Deduje de sus teorías que yo era un degenerado. Que me merecía… nada. Que no valía nada.

Fue un Tobias Wiens que sin saber que yo era gay, me dijo que quería meter a todos los «putos» en un edificio y quemarlos vivos. También fue un Tobias, con su Biblia en mano, el que me dijo que todos los homosexuales eran violadores y desviados sexuales. Y yo, mas que nunca, decidí quedarme callado.

Pero no podía cambiar quien era. Decidí tomar coraje y buscar ayuda. Fui junto a un pastor. No sabía que el pastor también era un Tobias. Me dijo que Dios me amaba. Que deje de pecar, y que la culpa era mía. Mi atracción hacia otros chicos era algo que debía controlar. Y si no lo lograba, que ore con más fervor. Por que “la paga del pecado es muerte”. Y así el Pastor Tobias me mostró la salida de su oficina y nunca mas me habló al respecto.

Hubo muchos Tobias en mi vida. Y todavía los hay. Son la razón por la que no agarro la mano de mi marido en público. No nos damos ni beso en la mejilla cuando estamos en la calle. Porque si Tobias se ofende, podríamos ser víctimas como muchos otros ya lo fueron.

En honor a Dios, la moral, y cuantas otras razones, los Tobias defienden su derecho a discriminar. Dicen palabras que lastiman, pero las dicen como si fueran ellos las víctimas.

«La mayoría silenciada» dice el título del video de Tobias. Ah, si? Me gustaría escuchar más de cerca los relatos de como Tobias fue silenciado de niño cuando no pudo jugar con el juguete que más le gustaba porque otros niños se ofendieron.

Segundo video, donde Tobias se expresa sobre la injusticia de cómo las personas a las que él decidio atacar respondieron.

Desde que Tobias sacó ese video donde se expresa como víctima de que todos los LGBT están tratando de destruir a su familia en particular, me gustaría saber si lo echaron del trabajo. Cuando Tobias se salió del closet con su opinión, lo echaron de su familia? De su iglesia? Su comunidad? Porque eso pasa a diario cuando las personas LGBT se muestran honestamente.

Lo que Tobías ve como un “ataque” es que alguien se exprese de manera distinta a el. Que alguien no comparta su opinión, o peor, que alguien lo INSULTE! Pero aunque lo insulten, dice que no lo van a silenciar.

Quisiera saber, en que momento se sintió silenciado, exactamente? Por que según entiendo sigue hablando. No se tuvo que escapar. No se mudó a otro país. No le dio depresión. No intentó suicidarse.

Si, Tobias, quizás no lo sepas, pero esas personas de quienes hablás en tus videos… esos que te “quieren silenciar”, intentan el suicidio 400% mas que que el resto. A no ser que reciban aceptación. Entonces ese numero baja drásticamente. Porque la homosexualidad no causa dolor. Son los Tobias de este mundo que lo causan a las personas LGBT.

Tobias, entiendo que te afectaron las terribles cosas que se dijo en la sección de los comentarios de tus videos. Nada justifica esos mensajes violentos. Pero escucho tu reacción y me dan ganas de preguntar… fue la primera vez que te pasa eso?

A nosotros nos dicen ese tipo de cosas TODO EL TIEMPO. Evitamos leer esas secciones de comentarios para mantener nuestra salud mental. Pero sabes que? A nosotros nos lo dijeron nuestros amigos, nuestros familiares, la gente que mas amamos. Sin embargo vos… todo bien con tu circulo, verdad? Sos como una celebridad para ellos! Te están aplaudiendo!

A vos se te ocurrió un mensaje y tranquilamente lo alzaste a twitter (o FB o que se donde). Nosotros nos pasamos años en el closet. Por miedo. Cuando por fin logramos juntar las fuerzas para hablar, nos pasamos tanto tiempo pensando y pensando como decirlo para que no nos rechacen, o cosas nos hagan cosas peores…

Si, Tobias. Aunque yo quiera que siempre se me vea fuerte, la verdad es esta: Te tengo miedo. Porque vos, con esa cara de enojado y esos ojos casi rabiosos, podrías ser esa persona que siempre temí que me garrotearía en la calle. Solo porque YO no vivo de acuerdo a TU religión.

Y vos no estas para conversar, ni aprender. Sacás el pecho y te mostrás el fuerte. Invencible. Pero víctima al mismo tiempo.

Te cuento un secreto. Yo no soy invencible. Mas de 10 años fuera del closet. Casi 10 años con mi marido. Como vos, somos padres de una niña que va a cambiar el mundo. Pero igual, a pesar de todo lo que tengo, y a pesar de que voy a seguir luchando… miro tu video y me das mucho, mucho miedo. Vos. Y todos los demás Tobias a quienes les alentás de esta manera.

Si seguís en el Closet, me acordé de vos…

Hoy pase una Navidad hermosa junto a mi marido, mi hija, y mis suegros (Para leer como se formó nuestra familia, ver pié de página) La Noche Buena la pasamos con la familia y amigos que consideramos familia. Antes de ir a dormir quiero expresar algunos pensamientos que tuve todo el día.

Estuve pensando en las personas que pasan las fiestas con el peso emocional de no poder compartir quiénes son con su familia y sus amigos. Algunos piensan que nunca podrán pasar una Navidad con una pareja o con un hijo y al mismo tiempo tener a sus familiares en la misma habitación. Temen el rechazo de sus padres, hermanos, su iglesia, y la sociedad. Muchas navidades las pasé así. Si les podría tener en frente mío, les hablaría de estas lecciones que aprendí en el camino que me trajo al dia de hoy:

– Para poder lograr tus sueños vas a tener que arriesgar algo. La amistad que termina una vez que tu amigo sabe la verdad, nunca lo fue. Quizás algunos familiares te rechacen. Después de cierto tiempo te darás cuenta de que vivir honestamente es mas liberador que fingir algo para poder mantener la relación con ese ser amado.

– La reacción que cualquier persona pueda tener cuando te salgas del closet es una reacción momentánea. Quizás te respondan mal, quizás se dejen llevar por sus emociones. No necesitás aceptar ese abuso. Te podes retirar, o le podés decir que no te interesa escuchar esas palabras. O si tenés las fuerzas suficientes, podés dejarle que te diga todo lo que quiera, para que la persona se sienta escuchada y no esté a la defensiva (sin embargo esa no es tu responsabilidad). Pero lo más probable es que una vez que esa persona tenga tiempo de pensar y recapacitar, su punto de vista cambie, o por lo menos su actitud hacia vos.

– Lo que tememos generalmente se ve peor de lo que podría pasar. El objetivo del temor es de protegernos. Por eso el temor te hace ver todas las posibilidades de como las cosas podrían salir mal. Sin embargo, generalmente es una exageración.

– La aceptación, el apoyo y el amor que vas a sentir de muchas personas te va a llenar más de lo que te podés imaginar. Toda tu vida te preguntaste si esa persona realmente te amaría si supiera la verdad. Y una vez que la verdad fue dicha, confirmás que te aman de igual manera (o más!) Por muchos años cuando mis padres me decían que me amaban, en el fondo me preguntaba si realmente era cierto. Hoy sé que es así. No me cabe duda!

– La mayoría de las personas no van a gritarte cosas homofóbicas a la cara. Cuando uno esta en el closet, muchos te dicen cosas homofóbicas porque no saben. A mi una vez alguien me dijo que quería meter a todos los gays en un edificio y quemarlos. Yo solo me quedé mudo mirándole en shock porque no sabía que decir. Además, la gente es mucho mas «valiente» cuando no tienen que poner la cara. Comentan cosas horribles en Facebook, o bajo algún artículo en el diario. Vivir esas experiencias de comunicación indirecta te hace pensar que la gente te va a maltratar de todas las maneras posibles. Pero mi experiencia fue que cuando la gente sabe que sos, la mayoría de ellos no te dice en la cara lo que creen.Y si lo hacen, lo hacen de manera mas respetuosa. Especialmente si te conocen. No niego que hay gente completamente desubicada. Viví momentos en que no podía creer que alguien me esté diciendo lo que me decía. Pero esa fue la excepcion. La gente mas homofóbica solo me da miradas. Y las miradas no me hacen nada, solo reflejan la ignorancia de esa persona. Además, lo que se dice a mis espaldas no me afecta.

– Muchas personas a las que te querés salir, ya lo saben hace mucho. Vos sos el que complica las cosas.

– Mucha gente que «no está de acuerdo con tu estilo de vida» tiene mas miedo de vos que vos de ellos. Temen que vas a tratar de convencerles. Quieren asegurarse de que sepas que no están de acuerdo, para afirmarse en su posición (podés leer más sobre mi percepción de la mentalidad homofóbica aquí) Cuando no les discutís ni intentas cambiarles, se sienten mas cómodos y la vida se hace mas fácil para todos.

– Ser gay no es lo mas grande ni lo mas importante de vos. La psicóloga cristiana a la que fui cuando estaba el proceso de aceptarme me dijo una vez que ser gay no es «quien» soy, sino «como» soy. En inglés, esas dos palabras son similares, asi que ella me alentó a que cambie de «who» a «how». Cuando reprimimos algo, ese algo se infla y termina llenando cada espacio dentro de uno porque lucha por salir (y termina saliendo como una explosión). Sin embargo cuando lo aceptamos naturalmente, se convierte solo en una parte de nosotros.

– Mi temor de perder a mi «familia espiritual» era prueba de que nunca la tuve. Se de varias personas que temen ser echados de su iglesia. Esto pasa mas a menudo en la iglesia evangélica. No veo el sentido de mentir para ser parte de un grupo espiritual. Hay muchísima gente gay en la iglesia. Saben que una vez que salen del closet, van a ser sometidos a lo que estoy convencido que es abuso emocional y espiritual (aunque la verdad es que que ya lo están experimentando). Esto es lo que pienso: O crees en un Dios que depende de que mientas para poder experimentar su poder en la iglesia, o Dios no depende de ellos y te puede llenar de igual manera siendo independiente. Claro que hay otras opciones, como por ejemplo que Dios es quien cada uno quiere que sea. Pero ese es otro tema. Si pensas que la Biblia es clara con respecto a la homosexualidad, te invito a que consultes con nuestro amigo Google (está disponible las 24 horas del dia) Hay varias interpretaciones y ni una de ellas es clara. No te conformes con lo que otra persona cree. Buscá la verdad, o por lo menos tu verdad ya que nunca vamos a estar todos de acuerdo. (El inicio de mi búsqueda lo relaté aquí: El testimonio que nunca dí en la iglesia)

– Por último, aceptá tus emociones. Sentí la tristeza, la amargura, el dolor, la rabia de haber tenido que experimentar todo lo que experimentaste. Tomate el tiempo para hacerlo. No fue justo y no lo mereciste. Encontrá a alguien con quién descargarte sin censuras. Y luego acordáte de que vos sos el que decide si querés que ese dolor sea parte de tu futuro. Las cicatrices quedan, pero no duelen. Mirá adelante. Cuando puedas, perdoná. El rencor solo te lastima a vos mismo, no a tu abusador. Y perdonar no significa que metas en situaciones donde seguís soportando el abuso. (ver Heridas y Cicatrices)

Acordate de que un chico menonita reprimido de Asunción tuvo un sueño de lo que quería para su futuro. Y un día se dio cuenta de que quizás sería posible. Dio un paso a la vez. Y de repente se encontró viviendo ese sueño.

En esta navidad, te quiero alentar a que visualices tu futuro. No necesitás tenerlo todo planeado. Solo pensá cual puede ser tu primer paso. Pero por sobre todo quiero decirte que estoy contigo y que me acordé todo el día de vos. Las cosas van a mejorar. Fuerza!

Que el 2014 nos traiga mas igualdad, y por sobre todo, sanidad y paz.

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Con mis suegros en Noche Buena

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Mi historia desde que viví en Paraguay, me escapé a EEUU y me salí del closet esta descrita en estas tres partes: El testimonio que nunca dí en la iglesia, La oscuridad antes de mi amanecer, y La conversación más difícil de mi vida. El proceso de adopción de Zoe esta relatado aquí: Nuestro final feliz, Parte I y Parte II. Gracias a todos por permitirme compartirlo!

Nuestro Final Feliz, Segunda parte

Esta es la continuación de la historia de adopción de nuestra hija Zoe. La primera parte la pueden encontrar aquí: Nuestro final feliz, Primera parte. La nota fue originalmente escrita en Mayo 2012, pero quise compartirla con ustedes. Aquí va:

Estábamos boquiabiertos, con ojos de huevo frito. El tiempo se detuvo mientras procesamos las emociones que nos subvenían. Sentimos como si alguien nos hubiera raptado de nuestro día a día y tirado en medio de un futuro que siempre habíamos deseado. Demasiadas cosas en que pensar y ni un segundo que perder pensando! Las próximas semanas podrían convertirse en las mejores y más memorables de nuestras vidas. O, podrían ser las peores. «Nada está definido», nos decíamos entre los dos para mantener una actitud realista.

Acabábamos de regresar de Georgia un domingo por la tarde. Lo primero en la agenda era sentarnos con nuestros vecinos y hablar de lo que necesitábamos comprar/conseguir/preparar. La mamá de Leo se iba a venir ese martes para ayudar a preparar el cuarto de bebe. Teníamos que pintar las paredes, armar la cuna…. emm… no teníamos cuna! Leo y yo teníamos que ir al trabajo y avisar que estaríamos faltando porque estabamos por adoptar. Al principio, pensamos que el bebé podría venir ese mismo martes (en 4 días!). Pero después recibimos la confirmación de que Fiona seria no inducida hasta la tarde del sábado. Ok, eso nos da cinco días! El embarazo mas corto de la historia.

Fue en ese momento que decidimos a lanzarnos de lleno.  Podríamos estar emocionadisimos (y lo mas preparados posible) cuando esta niña llegue a nuestras vidas, o nos nos estrellaríamos completamente desilusionados si la madre biológica cambiaba de opinión. A pesar de enfrentar todo con cautela en un primer momento, todo el mundo alrededor nuestro estaba super contento. Nos felicitaban, nos preguntaban cosas sobre el proceso, y nos decían que nos preparemos para noches sin dormir. Nos regalaron dos cunas (una fue a la casa de la abuela), ropas, frazaditas, y muchas cosas mas. Así que ya nos era imposible proteger nuestras emociones en ese momento. Decidimos disfrutar el proceso al máximo y asumir el riesgo. Lo que no nos mata nos hace más fuertes, ¿verdad?

La semana pasó rapidisimamente. Yo ya había renunciado en mi trabajo de todos modos, así que solo tenia que decirles que me iría unos días antes. Mi plan de comenzar a trabajar en un consultorio quedaba muy bien con todo, ya que me podría tomar un par de meses de tiempo y poco a poco construir una base de clientes. Además, las vacaciones de primavera se acercaban y Leo podría quedarse en casa por una semana. A pesar de que Fiona no seria inducida hasta el sábado por la tarde, decidimos salir la noche del viernes y quedarnos a dormir a mitad de camino. A las 8am del sábado sonó mi teléfono. Estábamos a punto de salir cuando la madre de Fiona nos llamo. Fiona ya estaba en el hospital. No estaba segura de qué tan rápido las cosas podrían progresar, asi que nos dijo que viniéramos tan rápido como sea posible. Todavía teníamos 4 horas de viaje! No desayunamos. Tiramos las valijas al coche y tratamos de no pasarnos el limite de velocidad a mas de 9 puntos (que es lo que se “tolera” aquí). La mama de Fiona nos mantenía actualizados del progreso por mensajes. Uno pensaría que estas 4 horas pasarian lentas ya que estábamos tan apurados. Sin embargo, se sentían como 30 minutos. Nuestras mentes estaban volando. No había tiempo ni siquiera para mirar el reloj. Probamos los límites de nuestros cuerpos al no parar para ir al baño (esto se convirtió en una costumbre durante las primeras semanas de vida de Zoe). Llegamos al Hospital. ¡Qué increible sensación! Nuestro bebé naceria en cualquier momento! Cuando llegamos a la habitación de Fiona, nos informaron que todo estaba bien. Ahora sólo teníamos que esperar. Su mamá nos compró una pequeña oveja de peluche para que la tengamos por nuestro cuerpo y así absorvería nuestro aroma corporal. La ovejita la dejaríamos con Zoe en su camita después. ¡Qué hermoso gesto. (La oveja terminó siendo utilizado como un “stressball” … muy útil!) El proceso de dar a luz fue como ocurre a menudo …. pasó una hora… después otra … después otra…

Anocheció y la doctora dijo que no esperaba nada antes de las 12am. Fuimos al hotel para dormir un par de horas (no sé cómo nos las arreglamos para dormir!). Regresamos a la medianoche, pero no había ningún avance. De vuelta al hotel y de regreso al hospital a las 3am. Seguíamos en lo mismo. Un viaje más al hotel y vuelta al hospital. A las 6am la doctora decidió hacer una cesárea. Tomó un tiempo hasta que todo fue arreglado y preparado. Solo nos quedaba esperar… y esperar… y esperar. La pobre Fiona estaba con tanto dolor y necesitaba ya que esto termine. Zoe, este sería un buen momento para que aparecezcas! Finalmente llevaron a Fiona a la sala de operaciones y nosotros a la sala de espera…

Que difícil la espera! Lloramos un poco mas, pero mas que nada camináramos de un lado de la habitación al otro. Dos enfermeras salieron. Les miramos con caras de signo de interrogación. «El bebé caga muy bien!» dijo una. Hmm … así que todo está bien? Después la mamá de Fiona salio corriendo. Nos pidió nuestras cámaras (teléfonos) y corrió de vuelta a la sala de operación… ok … esa debe ser una buena señal!

Después de unos 15 minutos nos llamaron a la habitación. Fue ahi que nos entregaron el bebé más hermoso que jamás haya existido. La mama de Fiona nos estaba filmando. Lloramos. Yo abracé con todo a Fiona y no podía dejar de llorar. Definitivamente ella cambió nuestras vidas para siempre. Parecía sentirse bien. Estábamos todos inundados de emociones! Fue increíble. Nada se podría comparar a esta experiencia.

Y el resto es historia! Zoe no podía cruzar las fronteras estatales con nosotros hasta que recibamos cierta documentación, lo cual tardo dos semanas. Leo tuvo que volver por el trabajo . Su mamá vino a ayudar. Nos quedamos en casa de los padres de Fiona, lo cual también resulto de maravilla. Durante el día Zoe recibía cuidados y cariños de su nueva familia y su familia biológica. Todos se unieron para crear la mejor vida que sabíamos darle. Dos semanas más tarde, Leo voló a Atlanta para buscarnos. Regresamos y Zoe durmió todo el camino, excepto para comer y cuando “llenaba” su panial. Un último momento muy emotivo fue cuando salimos de la casa de la familia biológica. Los vimos despedirse de Zoe, lo cual nos dolio en el corazón. Al mismo tiempo, aquí estábamos… una familia de tres. Más lágrimas. Lo logramos!

Nuestro sueño ya no era un sueño. Cobro vida y ahora tiene nombre: Zoe.

PD: Zoe significa vida.

Zoe - GA - 1012

 

 

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Otros blogs relacionados: Se necesita un papá y una mamá? Miremos las evidencias, y lo que escribí cuando Zoe cumplió su primer añito: Un año después… Gracias por leer!